Es completamente natural que el cuerpo cambie con los años, especialmente la función urinaria.
Es normal que el cuerpo vaya cambiando a medido que envejecemos. ¿Una de las funciones que se ve más comprometidad con la edad? La función urinaria.
Orinar con más frecuencia, e incluso alguna que otra vez de noche, se convierte en una constante a determinada edad. Sin embargo, este tema es tabú en nuestra sociedad actual, motivo por el cual muchas personas desarrollan hábitos que los urólogos y ginecólogos no recomiendan ni un poco: por ejemplo, aguantar las ganas de ir al baño.
Hay posibles cambios en el suelo pélvico de la mujer a medida que la edad va avanzando y esto afecta a la salud urinaria y a la vejiga. El embarazo y el parto, sobre todo el parto vaginal, pueden debilitar los músculos del suelo pélvico y aumentar el riesgo de sufrir incontinencia urinaria y prolapso de los órganos pélvicos.
“Además del parto, el envejecimiento puede afectar de manera similar a estas estructuras, debilitándolas con el tiempo y provocando trastornos del suelo pélvico. Como ocurre con todos los músculos de nuestro cuerpo, los músculos del suelo pélvico pueden debilitarse con el paso de la edad y la disminución de los estrógenos, algo que ocurre durante la menopausia”, explicó la Dra. Asfaw.
Por su parte, la Dra. Lopa Pandya, MD, MS, uroginecóloga y vicepresidenta del Comité de Educación Pública de la Sociedad Estadounidense de Uroginecología, además de asesora médica de Aeroflow Urology, explicó que la disminución de los estrógenos asociada a la menopausia también puede producir atrofia vaginal y por lo tanto sequedad vaginal.
“Esto es consecuencia del adelgazamiento del tejido vaginal y del que rodea la uretra. Desde el punto de vista urinario, esto puede provocar dolor al orinar, urgencia urinaria, frecuencia urinaria e incontinencia. La debilidad de los músculos del suelo pélvico está relacionada con la edad y la menopausia. Otros factores de riesgo para sufrir un prolapso incluyen el embarazo, haber tenido partos vaginales, realizar esfuerzos crónicos por estreñimiento, tos crónica y sobrepeso, entre otros factores de riesgo. Los síntomas del prolapso genital pueden incluir dolor pélvico, presión pélvica, sensación de estar sentada sobre una pelota o dificultad para vaciar la vejiga o defecar”, explicó.
Aunque es probable que se sufra la sensación de necesitar orinar con más frecuencia a medida que se envejece, tratar de contener la micción para evitar ir al baño es un gran error, según ambas especialistas.
“Algunas mujeres dicen que no les gusta usar baños públicos y aguantan la orina todo el día. Las más jóvenes, con un suelo pélvico fuerte, pueden aguantar la orina durante más tiempo; las mayores posiblemente tendrán un suelo pélvico más débil, ya sea por edad o por antecedentes de embarazo y parto vaginal, por lo que pueden no ser capaces de aguantar lo suficiente para llegar al baño. Por ello, todas las mujeres deben ir al baño a tiempo, y este tiempo puede ser variable según la ingesta de líquidos”, comentó la profesional.
Además de evitar aguantar demasiado la orina, la Dra. Aldene Zeno, MD, uroginecóloga de Essence Health and Ginecology, aseguró que las mujeres de 50 años o más no deberían dejar de lado los molestos síntomas urinarios y evitar que lleguen a ser graves.
“El mejor hábito para las mujeres de 50 años o más es reconocer los síntomas urinarios a tiempo y abordarlos con su médico. La incontinencia y la vejiga hiperactiva se han relacionado con una afección llamada fragilidad, que se asocia con pérdida de masa muscular, disminución de la actividad y aumento de la morbilidad. La salud urinaria es una parte integral del envejecimiento con vitalidad”, agregó.