El periodista criticó la falta de privacidad en el escándalo del WandaGate. También reflexionó sobre la industria del espectáculo y el impacto de las redes sociales en la televisión actual
Ángel de Brito fue entrevistado por Luis Majul en su programa de El Observador 107.9, donde abordó el escándalo mediático entre Mauro Icardi, Wanda Nara y la China Suárez. De Brito opinó sin filtros sobre la exposición mediática de los involucrados, la búsqueda de seguidores en redes y el impacto de estas polémicas en sus hijos. También reflexionó sobre el rol de los programas de espectáculos, la influencia del streaming y la transformación del periodismo en la era digital.
Ángel de Brito fue contundente al analizar la interminable saga del WandaGate, asegurando que los protagonistas han perdido el rumbo y que "están locos, realmente están locos, han perdido los estribos y en el medio están los pibitos". Según el periodista, la falta de privacidad y la continua exposición mediática afectan directamente a los hijos de los involucrados, quienes terminan envueltos en situaciones que no deberían presenciar.
"Imaginate vos a los 9 años hablando de un juez de menores. Es un delirio total, pero ahí lo metieron sus propios padres", señaló. Para De Brito, tanto Icardi como Wanda y la China Suárez están más preocupados por sus peleas públicas que por la salud emocional de sus hijos.
El conductor de LAM también reveló detalles de los primeros chats entre Wanda y la China, en los que la actriz le confesaba que había estado con Icardi. "Todo eso Wanda siempre lo supo, la China le contó con lujo de detalles lo que había pasado en el famoso hotel en París. Hasta le mandó capturas de pantalla de la conversación con Mauro", dijo De Brito, quien también deslizó que la motivación detrás de muchas de estas filtraciones es la venganza.
El periodista se mostró sorprendido por la normalización del escándalo en los medios y redes sociales. "Cuando creés que ya se terminó, aparece algo peor. Es un círculo vicioso de conflictos, peleas y filtraciones", agregó. Además, destacó cómo el escándalo ha sido una oportunidad para que los protagonistas capitalicen su fama y aumenten su relevancia en redes sociales. "Están jugando con fuego, pero lo hacen porque les sirve. No hay otra explicación".
El escándalo no solo afecta a sus protagonistas, sino que también alimenta la industria del espectáculo. De Brito admitió que "estos temas hacen crecer a programas como LAM", ya que generan interés masivo. Sin embargo, advirtió que todo tiene un límite y que no se puede justificar cualquier cosa en nombre del rating.
El periodista también destacó cómo este tipo de conflictos ayudan a construir nuevas figuras mediáticas. "Yanina Latorre, por ejemplo, duplicó sus seguidores en redes gracias a sus análisis sobre este escándalo. Ahora hasta Netflix la usa en publicidades", comentó. Según De Brito, muchos de los involucrados "juegan con el escándalo para mantenerse vigentes y ganar seguidores".
Sobre la forma en que estos temas dominan la agenda de los medios, explicó: "Hace 10 años, estos personajes no existían o eran menos importantes. Antes se hablaba del Bailando o de Gran Hermano, ahora le tocó al WandaGate. Y el mes que viene quizás ya no le importe a nadie".
Otro punto interesante de la conversación fue el rol de los medios tradicionales y el auge de los formatos digitales. "Hoy cualquier persona con un teléfono puede armar su propio show y competir con los grandes medios. Hay streamers con más audiencia que programas de TV", afirmó. Sin embargo, sostuvo que los programas de espectáculos siguen siendo claves en la industria: "Podrán cambiar las plataformas, pero la gente siempre quiere saber sobre la vida privada de los famosos".
Durante la entrevista, también se mencionó la presencia de L-gante en el escándalo. De Brito lo describió como "muy inteligente, un pibe vivo que supo capitalizar su fama rápidamente", aunque aclaró que actualmente el cantante "está en un perfil más bajo y alejado de algunos entornos".
Asimismo, habló sobre Pampita, recordando que la modelo "es muy inteligente, pero también tiene una faceta 'border' que la ha llevado a protagonizar varios escándalos". En cuanto a la China Suárez, el periodista opinó que "desbarrancó en lo profesional y hoy es más noticia por sus escándalos que por su trabajo como actriz".
De Brito también reflexionó sobre los límites en los programas de espectáculos y cómo estos deben manejar la información. "Nosotros tratamos de reírnos de estos temas y abordarlos desde distintos ángulos. Pero no podemos ignorar que hay gente que se expone demasiado y después se queja de la repercusión", afirmó.
Sobre el estado actual de la televisión, De Brito reconoció que la industria enfrenta desafíos. "Marcelo Tinelli la tiene difícil para volver a la tele con un programa tan caro como Bailando", dijo, mencionando los costos de producción y la fragmentación del público con la llegada de las plataformas de streaming.
También habló de Jorge Rial, afirmando que "su último ciclo en Intrusos fue muy malo porque se encolumnó detrás del feminismo radical, algo que no pegaba con su estilo". A su vez, destacó que la televisión abierta ha perdido terreno frente a las señales de noticias y el contenido en vivo.
Finalmente, opinó sobre la evolución del periodismo de espectáculos y el rol de figuras como Flor de la V y Lizzy Tagliani en la televisión actual. "Flor es una figura importante, pero siempre termina traicionando a alguien. En cambio, Lizzy es más del pueblo, nunca se subió a un pedestal y por eso la gente empatiza más con ella", concluyó.
Otro tema que tocó fue la relación entre los medios y el gobierno. "El kirchnerismo persiguió periodistas y ahora Milei hace algo similar en redes sociales. No se puede gobernar desde Twitter atacando a artistas y comunicadores", opinó. En ese sentido, llamó a la moderación en el debate público y afirmó que "un presidente tiene más poder que cualquier ciudadano, y debe ser responsable con sus declaraciones".