Mundo Tremendo

La joven secuestrada durante meses por el asesino de sus padres logró escapar, en una dramática historia.

En 2018, la búsqueda de Jayme Closs, de 13 años, se conoció a nivel nacional en Estados Unidos y fue uno de los más seguidos por la prensa. El caso dio un giro cuando pudo huir de su captor y denunciarlo.

Lunes, 22 de Setiembre de 2025
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En octubre de 2018, la policía de Barron, Wisconsin, halló una escena devastadora en la casa de la familia Closs: James y Denise Closs habían sido asesinados a tiros, y su hija, Jayme, había desaparecido.

Tras semanas de infructuosa investigación, casi tres meses después, Jayme Closs, de 13 años, escapó de su secuestrador y reveló la verdad detrás de su desaparición, un caso que había capturado la atención de Estados Unidos.

La noche del 15 de octubre de 2018, alrededor de la 1 de la madrugada, Jake Patterson, un hombre enmascarado, irrumpió en la casa de los Closs con una escopeta. Asesinó a James de un disparo en la entrada, obligó a Denise y Jayme a encerrarse en el baño, ató a Denise y luego la mató a tiros.

Jayme fue secuestrada: Patterson la arrastró hasta su auto y la alejó del pueblo. La escena del crimen conmocionó a la comunidad y desató una búsqueda nacional. La imagen de Jayme inundó carteles y noticieros.

El secuestro fue premeditado. Patterson, obsesionado con Jayme después de verla en un autobús escolar, robó una escopeta, compró guantes y un pasamontañas, y se afeitó para no ser reconocido. Tras dos intentos fallidos, Patterson secuestró a Jayme y la llevó a una cabaña aislada en Gordon, a 100 kilómetros de la casa de los Closs.

Durante los tres meses de cautiverio, Patterson la obligaba a esconderse debajo de la cama cuando tenía visitas o salía, bloqueándola con objetos pesados. La controlaba constantemente, amenazándola si intentaba escapar. Jayme permaneció aislada, sin acceso a noticias ni contacto con el exterior, desconociendo la búsqueda nacional. Patterson, mientras tanto, aparentaba normalidad.

El 10 de enero de 2019, Jayme aprovechó la ausencia de Patterson para escapar. Se encontró con Jeanne Nutter, quien paseaba a su perro, y le contó que había sido secuestrada. Nutter la llevó a la casa de una vecina, desde donde llamaron al 911. "Soy Jayme Closs", dijo a la policía.

Patterson fue detenido poco después mientras buscaba a Jayme. Sin antecedentes penales, había trabajado brevemente en la misma fábrica de Barron que James Closs, aunque no se conocían. Su ataque, motivado por una obsesión, fue calificado por los fiscales como "premeditado, cuidadosamente planeado y ejecutado con una frialdad impactante".

En marzo de 2019, Patterson se declaró culpable de homicidio intencional en primer grado y secuestro, evitando un juicio. Admitió haber planeado el ataque y seguido a la familia. En mayo, fue condenado a dos cadenas perpetuas sin libertad condicional, más 40 años por el secuestro.

Jayme, aunque no estuvo presente en el juicio, declaró: "Me quitó muchas cosas que me importaban. Me quitó a mis padres y a mi casa. Pero no me quitó mi libertad. Nunca más podrá lastimarme".


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