El motor delantero con cárter seco, la transmisión ubicada en la parte trasera y los principales componentes mecánicos fueron posicionados lo más bajo posible.
Toyota Gazoo Racing presentó en un evento global dos de sus desarrollos más ambiciosos: el GR GT y el GR GT3, dos máquinas creadas para llevar la ingeniería deportiva de la marca a un nivel superior. Ambos modelos comparten una filosofía basada en tres pilares: un centro de gravedad extremadamente bajo, una estructura liviana pero rígida y una aerodinámica pensada para la máxima eficiencia en pista y en velocidad.
El GR GT aparece como el nuevo emblema deportivo de la división: un auténtico auto de carrera con homologación para circular en la vía pública. Está impulsado por un sistema híbrido que combina un motor V8 biturbo de 4.0 litros con un motor eléctrico ubicado en el eje trasero. Esta dupla supera los 650 caballos de fuerza y roza los 850 Nm de torque, entregados a las ruedas traseras a través de una caja automática de ocho marchas diseñada especialmente para este modelo. La marca anticipa que puede alcanzar o incluso superar los 320 km/h. Para acompañar semejante desempeño, incorpora suspensión independiente de doble horquilla en ambos ejes, frenos cerámicos de carbono Brembo y un control de estabilidad configurable en varias etapas.
En cuanto a su arquitectura, el GR GT mide 4.785 mm de largo, 2.050 mm de ancho y apenas 1.090 mm de alto, con llantas de 20 pulgadas y neumáticos específicos: 265/35 adelante y 325/30 atrás. La cabina ofrece un interior biplaza orientado totalmente al conductor.
El GR GT3 es la versión pensada exclusivamente para competir. Cumple con la normativa FIA GT3 y fue desarrollado para equipos que buscan un vehículo rápido, confiable y con una curva de aprendizaje accesible. Entre sus avances más notorios destaca el primer monocasco de aluminio creado por Toyota, combinado con paneles externos fabricados en plástico reforzado con fibra de carbono y otros materiales ultralivianos. Gracias a esa combinación, el peso final se ubica por debajo de los 1.750 kilos, con una distribución ideal del 45% adelante y 55% atrás.
La aerodinámica fue tratada como un capítulo aparte: los ingenieros definieron primero el rendimiento deseado y recién después diseñaron la silueta. Esto permitió optimizar no solo la refrigeración y la carga aerodinámica, sino también la ergonomía de la posición de manejo, ajustada según parámetros utilizados por pilotos profesionales. El centro de gravedad se redujo al mínimo gracias al motor delantero con cárter seco, la transmisión ubicada atrás y la colocación estratégica de los elementos mecánicos. Hasta la posición exacta del conductor fue estudiada para que su propio centro de masa acompañara la dinámica del vehículo.
Ambos modelos pasaron por un riguroso proceso de pruebas que incluyó simuladores avanzados desde la fase inicial, evaluaciones en el Centro Técnico de Shimoyama y vueltas exigentes en circuitos icónicos como Fuji Speedway y Nürburgring. En el caso del GR GT -destinado a producción- también fue sometido a ensayos en rutas abiertas para comprobar que su carácter explosivo pudiera convivir con un uso cotidiano sin perder estabilidad ni comodidad.