Analistas La columna de Antonio Ginart

La trampa de la empatía: el disfraz para volver al poder

La oposición kirchnerista, con sus socios de siempre en el Congreso, no se conforma con ponerle palos en la rueda a Javier Milei. La jugada es más profunda.

Martes, 23 de Setiembre de 2025

Hay algo que conviene dejar bien en claro: la oposición kirchnerista, con sus socios de siempre en el Congreso, no se conforma con ponerle palos en la rueda a Javier Milei. La jugada es más profunda. Lo dicen sin rodeos: quieren hacerlo tambalear, desestabilizar y, si pueden, sacarlo del Ejecutivo antes de tiempo. Y mientras tanto, se disfrazan de defensores de las causas más nobles, se muestran solidarios con reclamos que llevan años sin resolver, como si fueran paladines de la justicia social. Pero la memoria es corta. y ahí está la trampa.

Porque no hay que olvidarse de lo que dejaron: 19 millones de pobres, más del 200% de inflación anual, y siete de cada diez chicos que apenas comían una vez por día. Y todo eso con AUH, Tarjeta Alimentar, subsidios de todos los colores. ¿De qué sirvió? De poco. Se atacó a las fuentes laborales, se empujó a miles a vivir del Estado y, al resto, se lo acostumbró a la ficción del "Ahora 12", "Ahora 18", precios cuidados, ley de góndolas, como si con parches se pudiera tapar la escasez. La realidad era otra: góndolas vacías, faltante de combustible y un Estado que se hacía el fuerte mientras subsidiaba luz, gas y transporte a mansalva.

Y ojo con el doble discurso: cuando el Garrahan protestaba, no movían un dedo. La gente juntaba tapitas porque la plata nunca alcanzaba. Pero a la hora de gastar, no dudaron: 12 mil millones de dólares de reservas negativas, y al final el famoso "plan platita", repartiendo plata de la ANSES como si no hubiera mañana, metiendo militantes a dedo en el Estado y tirando miles de millones para ver si lograban sostenerse en el poder.

La frutilla del postre fue la emisión monetaria. Massa la usó como combustible para financiar un déficit insostenible. Con el "dólar soja" buscaba dólares rápidos para frenar la corrida y dar la sensación de estabilidad. Pan para hoy, hambre para mañana. Porque esos pesos emitidos quedaban dando vueltas y el Banco Central tenía que absorberlos con Leliqs, que son deuda con intereses. ¿El resultado? Una bola de nieve imparable, que a mediano plazo se convirtió en más emisión, más inflación y un dólar paralelo cada vez más caro. Fue una devaluación silenciosa que terminó explotando en la cara de todos.



Entonces, cuando hoy los vemos posar como empáticos y preocupados por el pueblo, hay que recordar que ese espejismo ya lo vivimos. Ellos gobernaron con las banderas de la equidad en la mano mientras hacían negocios atrás de cada problema. Y por eso, cuando la sociedad se cansó, Milei ganó con el 56% de los votos. Porque la gente entendió que no quería más curros ni simulaciones.

La oposición podrá intentar todo para desestabilizar. Pero lo que no pueden borrar es la memoria de un país arrasado por sus políticas. Y si el pueblo mantiene presente lo que pasó, no habrá disfraz que les alcance.