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La increíble historia de la Bebé que fue abandonada en un baño y encontró a su familia adoptiva

La vida de Marianela Alessandroni cambió el 10 de agosto de 2010, cuando recibió una llamada en su estudio de pintura

Lunes, 22 de Setiembre de 2025

La vida de Marianela Alessandroni cambió el 10 de agosto de 2010, cuando recibió una llamada en su estudio de pintura. Después de seis años de espera, eran noticias que anhelaba: una empleada del juzgado de Junín de los Andes la citó para una entrevista con el juez a cargo de la adopción de una bebé de 45 días abandonada en la terminal de ómnibus de San Martín de los Andes.

 Tras enfrentar la infertilidad después de una pérdida de embarazo, ella y su esposo, Humberto Giacomelli, habían decidido adoptar. "Esta bebé será nuestra", declaró. Ya habían transitado entrevistas con trabajadores sociales del Registro Único de Adopción (RUA) de Neuquén y evaluaciones psicológicas, preparándose para finalmente darle la bienvenida a un hijo.

La bebé había sido dejada en el baño de la terminal, dentro de una caja de cartón, casi desnuda y cubierta solo por dos pequeñas mantas. Encontrada por una joven que alertó a la seguridad, la bebé, de apenas horas de nacida, fue hospitalizada durante quince días. Pesó 3 kilos y midió 52 centímetros al nacer. Marianela, originaria de Plottier, Neuquén, se sintió conmovida por los detalles.

Añadiendo a las extraordinarias circunstancias, la joven que salvó a la bebé también se llamaba "Marianella" (con doble L), que se convirtió en el nombre que le dieron las enfermeras. "Fue una coincidencia tan extraña y hermosa. Se me pone la piel de gallina cada vez que cuento la historia; no es un nombre común. Estaba destinado que yo fuera su madre", admitió emocionada. Madre e hija, ambas Marianelas.

Después de ser dada de alta del hospital, la bebé pasó un mes con una familia de acogida mientras el juzgado se aseguraba de que ningún familiar la reclamaría. Al no encontrar familia, se concedió la adopción plena e irrevocable.

Días después, la pareja condujo los 450 kilómetros hasta Junín de los Andes para su primer encuentro con el juez. "Filmamos todo el viaje, queriendo mostrarle a Marianella los momentos antes de que la tuviéramos en brazos", explicó Marianela. Sin embargo, la espera se extendió un día más.

Desde el momento en que la bebé llegó a casa, todo se sintió natural, a pesar de las típicas ansiedades de la primera maternidad. "¡Ni siquiera sabía cómo preparar un biberón! Tuve una especie de curso acelerado de maternidad, y la madre de acogida siempre estuvo ahí para tranquilizarme. Nunca lo olvidaré", reconoció.

A pesar de llegar a una edad en la que podría cuestionar su pasado, Marianela dice que su hija nunca ha preguntado por su madre biológica. Si alguna vez lo hace, Marianela apoyará su búsqueda. "El juez dijo que cuando cumpla 18 años, su expediente estará disponible para ella. Si quiere encontrarlo, estaré a su lado", declaró Marianela, todavía atesorando las dos pequeñas mantas que calentaron a su hija el día que fue abandonada.


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